El diseño de la intervención va de la mano con la evaluación psicopedagógica. Consiste en crear un plan adaptado a las necesidades de cada niño y adolescente. Este programa se basa en los resultados obtenidos en la evaluación y está diseñado para potenciar fortalezas y abordar áreas de dificultad en ámbitos como el aprendizaje, la atención, el lenguaje, la conducta o las habilidades sociales.

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Incluye objetivos claros, estrategias personalizadas, actividades prácticas y seguimiento continuo, trabajando en conjunto con la familia y la escuela para garantizar el progreso del niño de manera integral.